La coccidiosis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos intracelulares del género Eimeria. La presencia de coccidios en las heces de los bovinos tiene un impacto muy grande en terneros de menos de un año provocando una menor ganancia de peso y por lo tanto menos rendimiento productivo y reproductivo lo que supone graves pérdidas económicas en las granjas.
Se estima que el impacto económico de la coccidiosis es elevado, causando pérdidas de hasta 683 millones de euros a nivel mundial.
Ooquistes sin esporular de Eimeria spp. en muestras de heces bovinas”, foto AsturBiotech.
Diagnóstico y tratamiento
La coccidiosis genera un cuadro clínico que se caracteriza por diarrea sanguinolenta, anemia, deshidratación, anorexia y en casos severos puede provocar la muerte del animal.
El diagnóstico debe basarse en la observación de los signos clínicos y en la determinación en el laboratorio de la presencia de ooquistes en las heces. Los altos recuentos de ooquistes en heces se presentan en general solo durante 2 a 3 días, por lo tanto si se retrasa la toma y el análisis en el laboratorio de las muestras se puede realizar un diagnóstico equivocado.
En los laboratorios de diagnóstico veterinario de AsturBiotech disponemos de las instalaciones necesarias para realizar una determinación precisa de la coccidiosis para que el profesional veterinario o el ganadero disponga rápidamente de la información diagnóstica necesaria para tomar las medidas terapéuticas indicadas para el tratamiento de esta patología bovina.
El tratamiento es, básicamente, de soporte, ya que pocos fármacos han demostrado ser claramente eficaces para tratar la coccidiosis en rumiantes. Por tanto, en animales enfermos se deberá evitar la deshidratación, las infecciones secundarias, la desnutrición y la exposición a temperaturas extremas.
Control
La coccidiosis siempre se debe considerar como una enfermedad del rebaño y no como un problema en animales individuales. Una vez que las especies de Eimeria están presentes en una explotación, se propagan ampliamente en unos pocos ciclos de vida del parásito.
Los animales adultos desarrollan una inmunidad parcial a la infección, por lo que excretan solo una pequeña cantidad de ooquistes. Los animales más jóvenes no presentan esa inmunidad hasta su primera infección, lo que lleva a una considerable multiplicación del parásito y a que estos animales jóvenes excreten un gran número de ooquistes. En este sentido los animales adultos juegan un papel menor en la epidemiología de la enfermedad, siendo el principal problema en las granjas comerciales la transmisión dentro de la población de animales jóvenes. La enfermedad puede ser introducida en una explotación por botas, herramientas, llantas o alimento contaminado con ooquistes.
Las medidas de control deben basarse en la eliminación de ooquistes infectivos en el ambiente y en la disminución de los factores estresantes que dan lugar a un peor funcionamiento del sistema inmune de los rumiantes y, en consecuencia, a que éstos se vuelvan más susceptibles a la coccidiosis.